4. |
Dimensión Política | Criterios |
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Ley Orgánica
Programa de Extensión Cultural
Definición institucional de la radio Plan operativo
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Vigencia. Claridad.
Tendencia.
Claridad.Innovación. Equidad. Cobertura. Congruencia.
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La dimensión técnico-económica está conformada por el régimen de propiedad de los medios de producción, las fuentes de financiamiento, el desarrollo de la infraestructura tecnológica, la división social del trabajo y las relaciones de producción. Incluimos también dentro de este rubro las modalidades de gestión y aproximaciones a la estructura organizacional. Respecto del régimen legal, prácticamente todas las emisoras universitarias se han desarrollado al amparo de la figura "permiso" establecida por la LFR y TV y su única forma autorizada de financiamiento es la del subsidio o las donaciones. Sin embargo, se trata de observar en el apartado las formas alternativas que se hayan desarrollado, así como los grados de dependencia financiera y política que la emisora guarda respecto de la institución que le da cobijo, pues en el espíritu de la ley se supone que tal modalidad financiera debe fortalecer su libertad de acción para cumplir adecuadamente sus funciones y objetivos. Algunos de los criterios de observación para el rubro serán la congruencia entre el régimen y los fines, la innovación en cuanto a la forma de propiedad o fuentes alternas de financiamiento, la eficiencia y eficacia en el uso de los recursos.
La infraestructura tecnológica implicará un diagnóstico sobre las condiciones tanto en la cantidad y calidad de los medios de producción en las siguientes áreas: a) transmisión, b) programación y c) producción, subrayándose la información encaminada a demostrar su congruencia e innovación.
Los aspectos fuerza de trabajo, división social y relaciones de producción se trabajarán como integradas en una sola esfera dado que el desarrollo de las fuerzas productivas, sus habilidades, actitudes y competencias están directamente relacionadas con su distribución en roles específicos dentro del proceso de producción, encaminandose a configurar modos de producción o tendencias que, para el caso de la radio, pueden clasificarse en: a) comunitarios, b) institucionales y c) comerciales, obedeciendo casi siempre a diferentes regímenes de propiedad, siendo éstas colectivas, sociales o privadas.
Entendemos como modo de producción comunitario a la unidad formada por productores no especialistas que, no obstante, han desarrollado con la práctica diferentes competencias comunicativas puestas al servicio de un colectivo que posee medios de producción radiofónica como instrumentos de intervención social o mejoramiento sociocultural, estableciendo relaciones no subordinadas tanto con cada uno de los miembros del equipo como con los receptores de los comunicados. Las relaciones dominantes son las solidarias tendiendo a la descentralización de la información; de la responsabilidad y de la toma de decisiones en función de los objetivos de la comunidad. El desarrollo de las fuerzas productivas y los medios de producción tiende a mantenerse en un mismo nivel o a debilitarse en función de la poca capacidad de creación e innovación tecnológica que se presenta en el modelo, a diferencia del comercial que posee fuentes financieras importantes que impulsan y promueven su desarrollo. Es decir, que la ampliación o fortalecimiento económico o lucrativo no es prioritario en este modelo, sino que su valor de uso, de incidencia social es lo fundamental.
El modo de producción institucional es resultado de cierto tipo de propiedad social que permite a organismos permanentes que han demostrado históricamente su utilidad y que la sociedad a través del estado, del gobierno o de diferentes asociaciones, reconoce como valiosas, dotándolas de medios de producción o transmisión radiofónica. Su fuerza de trabajo se integra por profesionales asalariados, técnicos que independientemente de los lazos solidarios, posiciones que jueguen en la comunidad, deben cumplir eficientemente tareas encaminadas a fortalecer los lazos comunicativos entre la institución y determinado sector social, anteponiendo a sus intereses personales aquéllos declarados por el organismo al que se pertenece. Sin embargo, cuando se trata de instituciones encargadas de crear, enseñar y difundir conocimiento o promover la cultura en diversos sectores sociales, es fundamental que se desarrollen mecanismos democráticos en la toma de decisiones y en las relaciones comunicacionales dado que, la naturaleza participativa de su misión lo requiere. La conexión con el desarrollo tecnológico es intermedia, pues es posible contar con mayor cantidad de recursos financieros para la modernización del equipamiento dado su reconocimiento social.
Finalmente, el modo de producción comercial está constituido por medios de producción privados que requieren de fuerza de trabajo asalariada, cuyas competencias y división social deben lograr la autosuficiencia económica y la reproducción del capital invertido demostrando su competitividad en un mercado de ofertas similares. Se forma por un cuadro de profesionales con roles laborales específicos y con una organización de centralización del poder aunque con corresponsabilidad de todos los sectores. Su desarrollo tecnológico es vertiginoso pues necesita de permanentes ventajas competitivas para mantenerse en el mercado.
Estos modos de producción suelen coincidir con diferentes modalidades de organización que corren de manera paralela. Así, por ejemplo, se habla de la constitución de: a) burocracias, b) anarquías organizadas, c) grupos fundadores, d) organizaciones autogestivas o en algún caso, de e) organizaciones empresariales. Las constantes definitorias de tales formas de organización son las que siguen: a) centralización o descentralización de la toma de decisiones, b) flexibilidad de las funciones laborales, c) niveles de compromiso con los objetivos y valores del organismo, d) modalidades y criterios para el control de calidad, e) profesionalización de la fuerza de trabajo y f) elementos de retroalimentación del sistema productivo.
Las primeras se caracterizan por integrarse con conjuntos de personas con falta de compromisos serios por los objetivos de la institución, la misma que ha reglamentado formalmente cada uno de los pasos que forman un proceso de producción, transmisión y evaluación radiofónica, instaurando un deber ser que es celosa, rígidamente guardado por las funciones de mando que intentan ajustar los procesos a manuales y fórmulas ya probados y aceptados como válidos, no dando opciones para la innovación. La movilidad de los roles de trabajo es nula y frecuentemente se pierden oportunidades de desarrollo por no poder romperse los mecanismos, reglamentos sindicales, de operación, etc., que no son más que la base de pequeños cotos de poder, cuya fuerza radica en el manejo de cierta información útil para los otros procesos que no puede socializarse en todos los sectores. El cuadro se completa con la especialización de todas y cada una de las actividades, cuya poca productividad se justifica mediante complejos registros, estadísticas y controles que dan cuenta de los requisitos formales necesarios para cumplir tal o cual meta. En consecuencia, la administración se retroalimenta mediante la calidad que se logra al cumplir inflexiblemente estándares y rutinas que permiten la permanencia del proceso a mediano plazo. Uno de los elementos centrales de la burocratización es el autoritarismo o centralización excesiva de la información y del poder que inserta a los individuos en procesos de mecanización. "Cuanto más se debilita la relación entre el destino de una persona y su juicio autónomo, cuando más se restringe la posibilidad de hacer otra cosa que incluirse en organismos e instituciones todopoderosas, tanto más se encuentran en mejores situaciones los individuos que con mayor rapidez habían abdicado de su juicio personal y de su propia experiencia, y que ven al mundo en la forma en que conviene a la organización" (Prieto Castillo, 1990: 236).
Las anarquías organizadas, en opinión de Joao Batista Araujo, se caracterizan por ser organizaciones sin objetivos y valores claros, inconsistentes y mal definidos, cuya realización depende de la participación espontánea de sus miembros en cuanto a volumen de tiempo y esfuerzo que dedican a las diversas decisiones. Las funciones son, a diferencia de las burocracias, de gran movilidad, generando vaivenes en el proyecto, falta de constancia y pérdida de esfuerzos colectivos dados programas y proyectos coyunturales y de corto plazo. La toma de decisiones oscila entre diferentes miembros del grupo y bajo criterios que nadie conoce a ciencia cierta y que frecuentemente obedecen a puntos de vista e impresiones del momento de que se trata, notándose una falta de coordinación en todos los planos. El poder de decisión se distribuye de manera formidable, a veces. "Al no estar definido un cargo, al faltar información sobre la manera en que operan otros, al no tener mecanismos precisos de coordinación, la superposición de tareas, la improvisación e incluso la arbitrariedad pasan a primer plano" (ídem, 230).
Aunque la fuerza de trabajo tiene cierto grado de profesionalización, en las anarquías organizadas frecuentemente no hay coherencia entre el puesto, el rol y la formación técnica de la persona que lo ocupa, siendo la práctica y la costumbre quienes orientan la toma de decisiones y los criterios de evaluación que, casi siempre, se efectúan de manera asistemática y sin un orden establecido. La principal debilidad del esquema, está en la poca productividad y muy baja capacidad de incidir creativamente en el entorno, siendo un sistema con permanentes desequilibrios estructurales con cierta capacidad de sobrevivencia ante los retos externos, pero con muy poca probabilidad de competitividad e influencia transformadora.
Los grupos fundadores, por su lado, están formados por una muy particular relación entre individuos, valores, mecanismos de distribución del poder y la información. Son equipos de individuos que se reúnen no por obligaciones, salario, goce en el uso del poder, etc., sino por compartir valores similares y poseer un proyecto claro.
Sin ser una organización con división de tareas rígida y tampoco con los niveles de oscilación de las anarquías organizadas, los grupos fundadores pueden modificar estratégicamente las cargas de trabajo y las comisiones de cada uno de sus miembros, buscando, ante todo, aumentar los grados de eficacia y eficiencia de las acciones encaminadas a lograr los objetivos centrales, sin producir descontentos o rupturas de posiciones del poder al interior del grupo. Antes bien, las eficientes redes de comunicación y la descentración permanente de la información necesaria para la consecución del fin último, permiten una toma rápida de decisiones, incluso, con altos niveles de representatividad entre miembros ausentes, pues no se pierde nunca la razón última de su existencia. Son, generalmente, grupos pequeños, con intensos lazos de solidaridad y con gran capacidad de respuesta coherente a las oportunidades del medio ambiente.
En lo que se refiere a sus criterios de calidad, eficiencia o eficacia, el parámetro está dado por la meta a seguir y no por la cantidad de esfuerzo desatado por conseguirlo. Los grupos fundadores, en este sentido, tienen este nombre porque son capaces de dar a luz una nueva organización, una emisora universitaria, un grupo autogestivo etc., independientemente de las estrategias o inversiones en esfuerzo o en recursos personales o materiales. Todo queda justificado siempre que los fines se cumplan como estaba previsto.
La evolución de un grupo fundador es hasta cierto punto imprevisible puesto que puede convertirse en cualquiera de las modalidades organizativas señaladas con anterioridad. Otra de sus posibilidades es la organización autogestiva.
Esta modalidad frecuentemente aparece asociada a estaciones comunitarias, dado que al representar los intereses de grupos sociales que gozan de intensos lazos solidarios o bien, que desean mantenerlos, fomentarlos o restablecerlos, promueven un tipo de organización cuya responsabilidad, tanto en el acopio de fondos como en la toma de decisiones o rutinas laborales, recae en todos y cada uno de los miembros. Aunque existen, como en todos los casos jerarquías, éstas son fruto de voluntarias delegaciones de los miembros en virtud del desarrollo y aptitudes individuales, notándose una tendencia a la descentralización de la información y a la adopción de mecanismos que permiten su socialización y que sean compartidos de manera general. Las asambleas generales, las reuniones de comités, son algunos de los medios válidos para la toma de decisiones o para la delegación de funciones.
Entre productores y consumidores no hay abismales diferencias, como ocurre, por ejemplo, en la organización empresarial, ya que se busca el máximo de participación de los elementos y la concordancia de interés. La flexibilidad de las funciones es, en consecuencia, amplia, misma que es posible ante la cohesión social y los grados de integración a ideas comunes.
No obstante, entre las debilidades que se presentan en la organización están la movilidad de los roles y de los individuos puesto que no existe en la gran mayoría de los casos un compromiso profesional en el trabajo, sino voluntario y derivado de esto, cierta incapacidad para la planeación de largo plazo que permita la reproducción y ampliación del proyecto más allá de los propios límites de la comunidad. La planeación y evaluación de los procesos se da en los terrenos acotados de una visión particular de grupo que no siempre ofrece proyectos válidos y necesarios para otras comunidades, sugiriendo una falta de constancia y posicionamiento frente a aquellos.
Gómezjara los ubica afuera de las organizaciones institucionales. Es decir, de agrupaciones que han sido aceptadas como fundamentales por toda la sociedad y en consecuencia, con garantías para su funcionamiento a largo plazo en la historia. Incluso, las formas de propiedad y las fuentes de financiamiento son reconocidas como débiles y atentatorias de la viabilidad de las organizaciones que padecen cierta incapacidad de desarrollarse a la par de las nuevas tecnologías y la constante formación de sus recursos humanos que la harían mucho más competitiva en el terreno de los medios de comunicación que existen en el mercado.
Las organizaciones empresariales son fruto de las inversiones privadas y de la necesidad de ampliar los capitales originales. Estos grupos están a la busca permanente de productividad de modo que se aumente no sólo la rentabilidad financiera, sino también que sean viables a largo plazo.
En lo que se refiere a la toma de decisiones existen esferas propias, profesionalizadas y especializadas que sitúan a personas y áreas con mayor poder de decisión y de control, otras de supervisión y finalmente, grupos operativos. En lugar de la descentralización de la información o de la delegación de funciones, existen mecanismos ideológicos de trabajo en equipo encaminados a fortalecer la sinergia del grupo. Es decir, formas para garantizar la eficiencia administrativa en el uso de los recursos y los bienes o servicios producidos. La planta productiva, profesionalizada en la mayoría de sus áreas, vive una constante presión por parte del mercado y los consumidores, con quienes se establecen -ante la diferencia abismal de productores y consumidores- mecanismos de interacción que aseguren la supervivencia de la organización mediante el consumo. Esta feroz competencia genera también cierta movilidad laboral -aunque no se trata de flexibilidad de los roles laborales, sino de transferencia de trabajadores- en aras de la búsqueda de los más eficientes y más productivos.
Dimensión Técnico-económica | Criterios |
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Régimen de Propiedad - Régimen legal - Formas de Financiamiento Infraestructura tecnológica -Transmisión -Programación -Producción Fuerza de trabajo - Cantidad - Formación profesional - Distribución - Antigüedad - Filiación laboral - Manejo de Técnicas Relaciones de producción - Comunitario - Institucional - Privado o comercial Modalidades de Organización -Grupos fundadores -Burocracias -Anarquías organizadas -Grupos solidarios o autogestivo -Grupos de alto rendimiento
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Congruencia, innovación, Eficiencia y eficacia. Congruencia, innovación, eficiencia. Congruencia, eficiencia, innovación. Congruencia, eficacia, modalidad. Innovación. Innovación, congruencia, eficiencia, modalidad.
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El último apartado de observación es la dimensión discursiva que comprende el modo como se organiza el lenguaje radiofónico, sus géneros, estilos y prácticas programáticas, así como los implícitos de concepción o referencia de los oyentes y los competidores en el mercado. Da cuenta de cómo se traducen las políticas y los mecanismos de producción en una oferta comunicativa orientada a establecer cierta relación, cierto pacto de decir-oír entre emisores-receptores en el contexto de otras ofertas comunicativas dominantes o subalternas. La dimensión remite a métodos y técnicas derivadas de la semiótica, cuyos aportes son ampliamente conocidos y difundidos por medio de la literatura científica y que se han desarrollado con diversos grados de profundidad. En efecto, los estudios discursivos pueden ir desde el estudio meticuloso de los lenguajes radiofónicos en cada uno de los géneros existentes, hasta la profundidad estructural, semántica, enunciativa y hasta textual. No será el caso de este estudio. Antes bien, usaremos los criterios difundidos por Cristina Mata en lo que se refiere a la dimensión estructural de la programación radiofónica que asegura que ésta es "un sistema en el cual los diferentes elementos que lo componen guardan entre sí relaciones de interdependencia y se articulan alrededor de algún eje que les da coherencia" (Mata, 1993: 132).
En ese sentido, la programación radiofónica es más que la suma de emisiones, géneros y combinaciones de música y programas pues representa un diálogo, una síntesis entre lo que el emisor desea ofrecer a la audiencia y también las condiciones de producción y los supuestos de recepción y consumo que orientan a la audiencia a seleccionar tal o cual emisora, que para el caso, integra matrices comunicativas. Es decir, patrones de ofertas fácilmente identificables por los oyentes.
Siguiendo el esquema de Mata, los aspectos sustanciales que definen una programación son los siguientes: a) la oferta comunicativa de la emisora, b) el público prefigurado y c) el perfil radiofónico. El primero de ellos hace referencia a la variedad de espacios y secciones que se difunden en un espacio de tiempo definido, que para nuestro caso, se trata de la barra programática semanal integrada por géneros radiofónicos, formatos y temas tratados.
Aunque existen serias discusiones sobre la definición de estos géneros, nosotros hemos optado por clasificarlos en periodísticos, dramáticos, didácticos, musicales e híbridos, entendiendo como periodísticos aquellos que difunden fundamentalmente noticias y temas de actualidad dirigidos a aumentar el principio de realidad. Es decir, encaminados a fortalecer la toma de decisiones de los individuos en su trato social o bien la creación de tendencias de opinión sobre los problemas de la sociedad en la que están insertos. Los dramáticos difundenmensajes narrados o actuados sean de sucesos verídicos o fantásticos, mediante una sucesión de acciones y conflictos que desencadenan en historias completas generalmente con la intención de recrear estéticamente la vida, aunque no necesariamente excluyentes del principio de realidad. Los géneros didácticos, en cambio, tienen la finalidad manifiesta de transmitir conocimientos no periodísticos y de mayor trascendencia tratando de formar a los individuos en el uso de ciertas habilidades y actitudes útiles para áreas específicas del quehacer social, tales como los programas científicos, de aprendizaje de idiomas, etc. Los musicales tienen la intención de promover el análisis y goce de ritmos y géneros de ese arte de los sonidos. Es posible, no obstante, que estos géneros no aparezcan de manera aislada o excluyente, sino que se reúnan en formatos híbridos que intenten desarrollar una o más intencionalidades al mismo tiempo.
Los formatos son estructuras radiofónicas claramente diferenciadas que correspondiendo a algunos de los géneros mencionados, intentan dar forma mediante el sonido, las palabras o los silencios y determinadas combinaciones de estos, a los mensajes cuya intencionalidad queda señalada por aquellos. Podemos hablar de formatos periodísticos como la noticia, la crónica, el reportaje, la entrevista o dramáticos como las radionovelas, los cuentos, las cápsulas dramatizadas, etc. Entre los didácticos están las lecciones radiofónicas, conferencias y cursos formales. La variabilidad depende en gran medida de la creatividad de los productores radiofónicos y su habilidad de combinar las estructuras existentes y reconocidas.
El tercer elemento característico de la oferta programática se compone con los temas privilegiados por las emisoras radiofónicas. Así, esta dimensión referencial está formada por las parcelas de la realidad que entran en la programación, así como las cantidades de tiempo utilizados en la transmisión, destacando también la importancia de su ubicación en la estructura general de la programación de radio y la modalidad de su presentación, pudiendo ser esta fragmentada, por bloques y hasta unidimensional para el caso de emisiones monotemáticas o especializadas. Finalmente, se observarán las formas de encadenamiento de estos temas entre sí.
En lo que se refiere al público prefigurado, queda claro que las emisiones radiofónicas, los géneros, formatos, temas y ubicaciones horarias intentan corresponderse con cierta demanda de audiencia que considera legítimos y válidos tales contenidos y formas. Suponen, pues, estrategias de comunicación directa con ciertos sectores específicos, definidos tanto por sus hábitos cotidianos, como por sus intereses. Por eso, la "ubicación temporal de los programas es un indicador muy significativo del público que prefiguran, pero siempre y cuando se conozcan los hábitos de los potenciales oyentes" (ídem, 141-142). Será válido, entonces, preguntarnos por la claridad con que se establecen los horarios programáticos, se definen los públicos potenciales, la equidad y cobertura de los públicos, así como la posibilidad de innovación en este campo y las modalidades de interacción que se establecen con ellos. Finalmente, el perfil radiofónico es una categoría englobante que nos permite identificar las tendencias estructurales de una programación con base en la clasificación dominante de géneros, formatos y temas expuestos ante determinado tipo de audiencia. Cuando hablamos de tendencias dominantes estamos simplemente aludiendo a una medición aritmética que nos permita subrayar aquéllos géneros y formatos que ocupen más del 50 % de la programación diaria de una emisora, pudiendo encontrarse perfiles monotemáticos, generalistas, musicales, hablados, mixtos y específicos para alguno de los géneros señalados con anterioridad como los dramáticos, educativos o periodísticos.
Dimensión discursiva | Criterios |
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Oferta comunicativa
Público prefigurado Perfil radiofónico |
Congruencia. Cobertura. Equidad. Innovación. Credibilidad.
Claridad, Cobertura. Equidad. Innovación. Eficacia. Cobertura, Equidad. Innovación. Credibilidad. |
Esta información, útil para la caracterización de los actores dentro de un campo, se reunirá a través de diversas técnicas como la recolección y análisis de documentos, el monitoreo de las ofertas comunicativas, la entrevista profunda y la observación directa en las emisoras que representan las tendencias más claras en el universo estudiado.
Categorías | Criterios | Puntos de observación |
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Ley Orgánica |
Vigencia. Claridad. Equidad. Cobertura |
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Programa de Extensión Cultural Concepto de cultura. |
Claridad. Organización Congruencia, Innovación. Equidad. Cobertura. |
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Definición institucional de la radio universitaria |
Congruencia Innovación. Claridad. Organización. Tendencia. |
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Plan operativo | Congruencia. |
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Categorías | Criterios | Puntos de observación |
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Régimen de Propiedad
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Congruencia, innovación eficiencia y eficacia |
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Infraestructura tecnológica
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Congruencia, innovación. Eficiencia. |
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Fuerza de trabajo |
Congruencia, eficiencia, e innovación. |
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Relaciones de producción
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Congruencia, eficacia, innovación y modalidad |
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Modalidades organizativas
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Innovación, congruencia, modalidad, eficacia |
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CATEGORIAS | CRITERIOS | PUNTOS DE OBSERVACIÓN |
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Oferta comunicativa |
Congruencia. Cobertura. Equidad. Innovación. Claridad. |
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Público prefigurado |
Claridad, Cobertura. Equidad. Innovación. Eficacia. Eficiencia. Credibilidad. |
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Perfil radiofónico |
Cobertura, Equidad. Innovación. Eficacia. Eficiencia. |
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ruady@www.uady.mx
© Dirección General de Extensión
Universidad Autónoma de Yucatán
Mérida, Yucatán, México, 1997