El Hilo de Ariadna Reseña de Libros


Utopías en el Mercado
(Teoría y práctica de una contribución democrática de la televisión)

Por Diego Portales Cifuentes
Las producciones del Ornitorrinco, 1994
Santiago de Chile.
Reseña de Irving Berlín Villafaña

Aunque, como el nombre indica, este libro está dedicado al análisis de la televisión de servicio público en Iberoamérica y sus conclusiones pueden reflejarse en las políticas concretas de operación de la Televisión Nacional de Chile, no pocas de sus consideraciones pueden ser aplicables al ámbito radiofónico. El autor, es uno de los investigadores del servicio público en América desde hace más de 30 años,  lo que le da una visión amplia de los errores; de las lecciones y  los esfuerzos que se vinieron realizando desde los años 70 y 80 en países como Venezuela, México, Argentina y otros.

"Utopías en el mercado" inicia reconociendo el gran fracaso de las políticas nacionales de comunicación dados los diferentes problemas del estado benefactor en nuestros países: déficit fiscal, corrupción, ineficiencia administrativa, autoritarismo, falta de planeación y proyectos viables y continuos de comunicación, etc., dejando espacio a la "tendencia creciente de la comunicación social a formar parte de un mercado sin regulaciones estatales significativas". Portales, en consecuencia, hace una crítica bien argumentada lo mismo contra los enfoques neoliberales en materia de comunicación, como de aquellos vinculados con propuestas estatistas, concluyendo que los medios públicos deben gustar, deben ser libres, plurales, equitativos, ecuánimes, nacionalistas, desconcentrados y descentralizados, creativos e innovadores.

Aunque la base para el cumplimiento de estos objetivos pareciera derivarse de las tendencias neoliberales en la medida que el autor asume que es más fácil alcanzar estas metas "con mecanismos de autorregulación que partan de un buen reparto de las frecuencias entre diversos concesionarios que luchan en el mercado por conquistar la credibilidad y el favor de la audiencia" y no  a través de rígidos mecanismos legislativos o estatales de control que, en la mayoría de las veces es el pretexto de los poderes constituidos para ejercer la censura y el freno informativo, más graves a punto de vista del autor que el exceso de libertades, la propuesta  mantiene los ideales del servicio público. De ahí el título de la obra: "Utopías en el mercado".

Y es que la propuesta recoge el análisis crítico de Tirios y Troyanos rebasando con mucho aquellas barreras infranqueables del anatema de los guardianes del celo ideológico. Por ejemplo, se muestran las limitaciones del enfoque neoliberal o empresarial puro que define la libertad de expresión en los mismos términos que la libertad de empresa cuya demanda de la no interferencia estatal en los mecanismos de financiamiento o de sentido cultural del sistema de comunicación, es garantía para el oligopolio y la hegemonía de un grupo social que da la espalda desvergonzadamente a la convicción democrática y plural cuando no es de su beneficio directo. La crítica incluye también la supuesta soberanía del oyente, dado que la estructura monopólica y de gran concentración mediática sugiere una muy limitada opción para las audiencias.

Diego Portales toca también las fibras contradictorias del enfoque político-comunicacional. Este que define a los medios como dimensión principal de la democratización  y la difusión cultural o educativa. La matriz conceptual del "sistema de comunicación y las categorías políticas y comunicacionales, la contribución de los medios se define en términos de grados de democratización: el acceso al sistema, a la propiedad, a la emisión, a la recepción. El cambio estructural necesario para la democratización de la comunicación debería tender hacia la redistribución, es decir, apuntar hacia desigualdades que impiden el acceso a la comunicación" (Valerio Fuenzalida; 31 ) El modelo correctivo sería una estructura de propiedad y emisión socialmente representativa, es decir, una distribución de las infraestructuras y capacidades de comunicar de acuerdo con el peso social de las diferentes fuerzas, clases o movimientos sociales. ¿Cómo tasar la representatividad? : importancia electoral, número de asociados, importancia cultural geográfica, etc. ¿Tener el medio significa tener qué decir, cómo a quiénes?

Estas preguntas son ocultadas por el hecho "tener acceso"; desatendiendo la mediación técnico productiva: las características artístico- técnicas de los procesos productivos, definición de los canales de circulación de mensajes; administración de las unidades organizativas necesarias para realizar el proceso de producción y circulación, selección de los géneros culturales adecuados al tipo de mensajes, etc. La desvalorización de estos procesos lleva al fracaso de los nuevos accesos a los medios. "En cuanto al modelo límite, es muy probable que una determinada estructura de representatividad social - supuesto que sea posible de construir con consenso social - no se corresponda con la estructura de recepción del público consumidor. Utilizando términos jurídicos: La legitimidad de origen de la estructura de emisión socialmente representativa no se correspondería con la legitimidad de ejercicio probada a través de la estructura del consumo; en otras palabras, hay emisores que no tienen para quien decir " (32).

"El sistema de financiamiento de los bienes públicos hace que en el caso de la televisión los ingresos no están relacionados con el número de telespectadores que ven el programa. Esto ha garantizado a los responsables de las distintas cadenas una gran libertad y les ha permitido llevar a cabo una política voluntarista en lo que se refiere a la programación "(33) apud Flichty, 1981:69. Las reformas europeas al canon, bajo la crisis del financiamiento tienen el sentido de introducir el control del público y simular las reglas del mercado al introducir cuotas de audiencia y una nota de calidad de los productos. " Si el financiamiento de la estructura socialmente representativa es por subsidio público no hay regulación por el mercado y el Estado apoyará indiscriminadamente la buena o mala comunicación (en otras palabras financiará muchas veces una comunicación inútil). Si el financiamiento está en el mercado y tiene demanda, el subsidio será menor. Más éxito, menor subsidio.

Este enfoque fue durante mucho tiempo la alternativa. Estudios sobre la distribución de la propiedad, su participación proporcional en cada mercado (cantidad de ejemplares, potencia de transmisión, cobertura, audiencia)  y la existencia de mecanismos legales de regulación que permitan formas de acceso a la emisión directa por sobre el control de los propietarios  para tener medida de la democratización. Estos enfoques, proponen modificaciones legales que redistribuyan el acceso a los medios y dependen de los cambios que se puedan producir a escala estatal; legislación sobre propiedad, subsidios económicos para la creación de nuevos medios, etc. La visión se completa en el análisis del conjunto de los procesos de producción y circulación de la comunicación. ¿Cómo ampliar la capacidad de comunicar? ¿Acceder a los medios significa conocer sus mecanismos y su lógica de producción y competencia?

Con base en la crítica a estos dos enfoques, el autor de "Utopías en el mercado" desarrolla una tercera opción basada en el enfoque que él llama "económico cultural"  que tiene dos niveles: Uno, las estructuras industriales y dos, los productos culturales. Por un lado se analizan las condiciones de producción y reproducción económica de la actividad cultural. "Situando a los productos culturales dentro del nexo de los intereses materiales que circunscriben su creación y distribución es como puede explicarse plenamente su gama y su contenido".  Y desde otro, el sistema complejo de mediaciones productivas y creativas que se dan entre la estructura de la propiedad y la esfera del consumo. ¿Puede ser la televisión un medio desvinculado de su estructura de propiedad y de la esfera del consumo en el que realiza su potencial económico y de reproducción o dinamización cultural? ; ¿Puede ser organizada con patrones pre-industriales o con conceptos elitistas de cultura que afecten su verdadero alcance como medio masivo? ¿Que formas de organización empresarial permiten o inhiben el valor creativo e innovador de la televisión frecuentemente criticada por los intelectuales por esta mediocridad de sus productos audiovisuales?

La falta de respuestas a estas preguntas indica que quienes han intentado desarrollar modelos de comunicación de servicio público desconocen una buena cantidad de los resortes que han permitido el desarrollo de la industria audiovisual televisiva en nuestros países; que se ha dado la espalda, por lo menos, a tres mediaciones: A) la estructura industrial con sus mercados que definen las posibilidades de la producción. B) las estrategias empresariales que actúan sobre la estructura industrial y C) las actividades de los productores que buscarán el máximo de libertad de creación.

La propuesta de análisis de las mediaciones rompe con el esquematismo de la relación entre propiedad -discurso (la pura defensa de los intereses materiales de los propietarios de los medios) o la tesis de cambio de propiedad para la modificación sustancial de los contenidos. Además, permite la superación de mitos ampliamente difundidos por el discurso público: A) los medios de servicio deben ser financiados para garantizar la libertad de creación B) No deben buscar la autosuficiencia económica porque contaminarían sus proyectos con los condicionamientos del mercado, C)Deben impulsar una programación complementaria a la que se mira a través de los canales comerciales.

La utopía de Portales inicia con el reconocimiento de la televisión como una industria cultural - es decir, no es un medio de producción estética ni auxiliar didáctico, etc.- por lo que las posibilidades de producción y reproducción cultural y económica se deben a la esfera del consumo. Si los programas no son vistos o se miran por ojos minoritarios, entonces, ni la cultura ni los presupuestos se multiplican. ¿Qué caso tendrían televisoras estatales sin audiencias significativas? De estas, depende, en buena medida, la posibilidad de desarrollar ciertos géneros como la telenovela, los dramatizados, los informativos mundiales. Depende de ellas también la viabilidad de un proyecto de comunicación, con sólidas bases empresariales, creativas y técnicas, pero con una misión de calidad y de servicio público.

Esta nueva televisión debe  gustarle  a las grandes audiencias, que divierta y satisfaga a públicos de todo tipo. Que se nacional, libre, pluralista, equitativa, descentralizada, creador. Lo creador no se opone a la entretención y a lo popular; al revés, lo enriquece. La alta audiencia conseguida por una serie de programas calificados de "culturales" constituye ejemplo de interés por la creatividad. Habrá también que desarrollar una  capacidad nacional de comunicar que requiere de  políticas específicas que fomenten la diversidad de expresiones y ciertas formas participativas de construcción de la identidad. El estado puede jugar un papel clave en la generación de los mercados más transparentes a través de políticas que supervisen el trabajo de las empresas de mercadeo, promoviendo encuestas que permitan conocer gustos y preferencias de públicos generales y específicos, incluyendo diversas regiones, estratos socioeconómicos, grupos de interés y otras clasificaciones que se consideren socialmente útiles. En fin, la propuesta de Diego Portales permite soñar que el servicio público sea viable aún en las nuevas condiciones del Estado Latinoamericano, los contextos de libre mercado y retomando las lecciones de décadas de servicio público en nuestros países. (I.B.V.)

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Universidad Autónoma de Yucatán
Mérida, Yucatán, México, 1997